🌿 ¿Qué tienen en común el Parque Güell de Gaudí y los mosaicos de Villar de Plasencia?: El arte de recomponer lo roto.

Un paseo entre arte y naturaleza

En medio de la tranquilidad del norte de Extremadura, rodeado de naturaleza, historia y cielos estrellados, se encuentra Villar de Plasencia, un pequeño pueblo con alma grande. Aquí, donde la vida discurre sin prisas y el silencio tiene sabor a campo, es posible encontrar belleza en los detalles más inesperados.

Una piedra bien colocada, una verja de forja envejecida, una parra que se abraza a una fachada centenaria… y, en algunos rincones, un mosaico lleno de color que sorprende al caminante. Son los vestigios del arte de Mario Albi, que, en Villar de Plasencia, utilizó la técnica del trencadís para dejar una huella creativa y única en el paisaje del pueblo.

Desde Villabellosa, nuestra casa rural enclavada en este entorno privilegiado, queremos rendir un pequeño homenaje a esta forma de arte tan especial y al hombre que la trajo hasta aquí. Porque el trencadís no es solo una técnica decorativa: es también una forma de mirar el mundo, de recuperar lo roto y convertirlo en algo hermoso. Una metáfora perfecta para lo que representa la vida en el entorno rural.

Representacion de lo que nos representa en Extremadura: bandera, toros, caballos, embutidos y ciguenas

Fuente: Elaboración propia.

El trencadís, Gaudí y Mario Albi

¿Qué es el trencadís?

El trencadís (que en catalán significa “troceado” o “quebrado”) es una técnica artística basada en crear mosaicos con fragmentos de cerámica rota. Se utilizan trozos de azulejos, platos, tazas, gresites, vidrios o loza para recubrir superficies con composiciones llenas de color y textura.

Esta técnica se popularizó en el modernismo catalán, especialmente gracias a Antoni Gaudí, quien la utilizó con maestría en obras tan emblemáticas como el Parque Güell o la Casa Batlló. Gaudí veía en los fragmentos rotos una forma de reciclaje creativo y sostenible, una oportunidad para dar nueva vida a lo que otros desechaban. En lugar de ocultar las imperfecciones, las celebraba.

El trencadís llega a Villar de Plasencia

Aunque esta técnica tiene su origen a cientos de kilómetros, el espíritu del trencadís encontró eco aquí, en Villar de Plasencia, gracias a un artista singular: Mario Albi. Fue él, y solo él, quien trajo esta forma de expresión a nuestro pueblo. Con paciencia, sensibilidad y una visión muy personal, Albi integró el trencadís en varios rincones del pueblo, regalándonos pequeñas joyas artísticas que hoy forman parte del paisaje cotidiano.

Su arte surgía del deseo de embellecer lo común, de conectar con el lugar, de expresar su mundo interior a través de los materiales que otros habrían descartado. En cada obra suya hay un equilibrio entre lo espontáneo y lo pensado, entre la técnica y la emoción. Quienes vivimos aquí, o quienes nos visitan y descubren sus mosaicos por casualidad, sentimos que su arte sigue hablando, aunque él ya no esté físicamente entre nosotros.

Mujer dando de comer a cordero

Fuente: Elaboración propia.

El legado silencioso de Mario Albi

Los mosaicos de Mario Albi no tienen carteles ni vitrinas. No hay rutas oficiales ni guías turísticas que los destaquen. Están ahí, como parte del alma del pueblo. Y eso es, precisamente, lo que los hace tan valiosos.

Hay algo profundamente conmovedor en encontrar arte en lugares inesperados. En que un muro cualquiera, una escalera, una fuente o una esquina olvidada revelen de pronto una composición hecha de colores rotos, que se ensamblan como piezas de una memoria común.

Esos mosaicos no gritan. Susurran. Y ese susurro conecta con quienes saben mirar con atención, con quienes valoran el detalle, la dedicación, la belleza imperfecta.

En Villabellosa, donde recibimos a viajeros que buscan desconectar del ruido, reencontrarse con lo esencial y dejarse llevar por la calma del entorno rural, sentimos que este tipo de arte conecta profundamente con nuestro propósito: hacer del día a día algo digno de admirar.

Cuadro de los oficios de la zona

Fuente: Elaboración propia.

Trencadís en casa: cómo se hace esta técnica (y por qué deberías probarla).

¿Qué necesitas?

Uno de los encantos del trencadís es que es accesible y sostenible. No hace falta tener formación artística ni herramientas sofisticadas. Solo necesitas:

  • Piezas de cerámica o vidrio rotas (azulejos, platos, tazas, etc.)
  • Un trapo y un martillo para romperlas con seguridad
  • Un adhesivo fuerte (como cemento cola o silicona especial)
  • Una superficie sobre la que trabajar (una mesa, una maceta, una pared…)
  • Lechada o mortero para rellenar las juntas
  • Una espátula, guantes y esponja para el acabado

¿Cómo se hace?

  1. Rompe con cuidado los materiales: cúbrelos con un trapo y golpea suavemente con el martillo. Así evitas que los fragmentos salten.
  2. Planifica tu diseño: puedes improvisar o dibujar un boceto. No hace falta que sea perfecto.
  3. Pega los fragmentos sobre la superficie: juega con colores, tamaños y formas.
  4. Rellena las juntas con lechada o mortero: distribúyelo bien con una espátula.
  5. Limpia los restos con una esponja húmeda antes de que se seque del todo.
  6. Deja secar… y admira tu creación.

¿Por qué hacerlo?

El trencadís es mucho más que una técnica decorativa. Es una forma de:

  • Reciclar creativamente
  • Reconectar con lo manual
  • Expresarte sin normas
  • Transformar objetos rotos en algo nuevo y bello
  • Relajarte y meditar mientras creas

Además, al hacerlo en un entorno como Villabellosa, al aire libre, entre sonidos de pájaros y olor a tomillo, la experiencia se vuelve aún más especial.

Un menor del pueblo abrazando a patos

Fuente: Elaboración propia.

En definitiva: Recomponer, reinterpretar, recordar

Villabellosa y el arte que perdura

En Villabellosa creemos en el poder de lo artesanal, de lo sencillo, de lo que nace con alma. Por eso el trencadís nos inspira: nos recuerda que incluso lo que parece roto puede ser bello si se mira con otros ojos.

Nuestros visitantes suelen buscar naturaleza, tranquilidad y autenticidad. Pero también, sin esperarlo, descubren que la creatividad también habita aquí, entre madera, cerámica, plantas y manos que trabajan con cariño.

Invitamos a todos quienes nos visitan a pasear por Villar de Plasencia, a detenerse frente a los mosaicos de Mario Albi, a observar en silencio… y a imaginar qué quiso contar el artista en cada obra. Porque el arte de verdad no necesita palabras: se siente.

Pareja a lomos de un burro

Fuente: Elaboración propia.

🖋️ Epílogo: en memoria de Mario Albi

Gracias, Mario, por mirar de otra manera. Por no tirar lo que otros descartaban. Por enseñarnos que el arte no necesita escenario, solo intención. Que una pared cualquiera puede contar una historia. Que un fragmento, aunque roto, sigue teniendo valor.

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